Mazorcas del oeste

Leonardo Medina Patiño

Realmente, una ciudad como Cali que ya es Metropoli, convulsionada con el tráfico vehicular, agobiada en horas pico, debe tener ya comportamiento de ciudad.

Se ha notado avances progresivos, mejoramiento en vías y demás que muestran una Cali que se recupera.

Mantener los puestos de venta de mazorcas en el oeste, cerca al acueducto, es un asunto que debe valorarse con debido tino, dado que genera más congestión vehicular del normal; amén de las condiciones de insalubridad que allí se observan.

Las mazorcas, exhibidas abiertamente sin protección alguna, reciben todo el día y parte de la noche el smock de los vehículos.

Los agentes contaminantes que se emanan a través del aire impregnan los alimentos que allí están sin ninguna barrera.

No hay baños donde puedan lavarse las manos quienes llevan años allí atendiendo estas ventas ambulantes, ni se diga lo demás… No se observan buenas prácticas de manipulación de alimentos, lo que debe ser atendido por temas de salubridad pública.

No se trata de vulnerar derechos protegidos por jurisprudencia a quienes tienen de esa venta ambulante o geoestacionaria (eufemismos jurídicos), y que con ello han izado una familia entera.

Pero sí se trata de que el bien general prime sobre el particular.

La congestión de vehículos automotores que se apiñan a ciertas horas del día es atroz. Se genera más caos, porque al bajar por esa zona se angosta de dos a un carril la vía, debido a que algunos se ubican a comprar las benditas mazorcas o las arepas de choclo con queso (alimento que debe tener cadena de frío), haciendo más difícil el tránsito por ese tramo.

Es importante, dado el sentir ciudadano, que se adopten medidas para mejorar esa área que es hermosa, máxime con la intervención urbanística que le hicieron hace algunos años, retirando las ventas de mazorcas, con ajuste a la norma, que posibilite tener una ciudad-metrópoli.

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viernes 31 de octubre, 2025

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