#MismaCalaña

Iván Cancino

Recientemente salió una foto donde el alcalde Ospina estaba departiendo alegremente en un conocido restaurante de Cali con Gustavo Petro y otros personajes, entre ellos Hollman Morris, de inmediato se armó el zafarrancho por una supuesta participación en política del mandatario local.

Es claro que un almuerzo privado no tiene tal condición, lo que sí no se puede negar es que lo que Petro hizo con Bogotá, lo está haciendo Ospina con la capital del Valle del Cauca.

Los dos hicieron muchas promesas en campaña, pero nada de actos de ejecución, mucho discurso populista, pero nada de concreción.

Petro y Ospina hablan y hablan, vociferan que se esfuerzan por disminuir la brecha de desigualdad, dar educación gratuita y poner a producir sin desarrollo de ninguna clase, pero en la realidad administrar les queda grande.

Petro prometió muchos colegios y jardines y nada hizo, dejó a Bogotá en la peor crisis de basura de su historia y eso que se dice protector del medio ambiente, las cifras de seguridad fueron pésimas y eso que le tocó una ciudad que en términos financieros era al menos estable, poco desarrolló en infraestructura y poca generación de empleo a personas de escasos recursos como prometió, algo similar a lo que está ocurriendo en Cali.

En el último año, Cali ha tenido periodos donde la anarquía ha reinado, sobre todo por la pasividad de Ospina que permitió, y sigue haciéndolo, actos vandálicos y delincuenciales sin una reacción adecuada.

Dejemos que almuercen juntos, al final es su privacidad, pero no olvidemos la calaña de sus mandatos.