Orden al caos en diciembre
Llega la temporada decembrina cargada de animación que, en ocasiones, raya en la irresponsabilidad. Conductores al volante ebrios, motociclistas feroces (más que siempre), peatones cruzando por donde no deben o abordando taxis en lugares inapropiados.
También, vendedores ambulantes invadiendo espacio público, entre otros hechos que se repiten cada que llega esta temporada.
De aplaudir las medidas del señor alcalde Alejandro Eder, de enfatizar en los controles de movilidad y su secretario Gustavo Orozco, quien ha tomado las riendas de este caos que parecía indomable.
Esa es una medida de la que no se puede bajar la guardia. Debe ser ininterrumpida hasta que el respeto a las normas de tránsito se haga costumbre, como querían, algunos, que la dignidad se hiciera y no lo lograron. Hicieron todo lo contrario.
La ciudad se estaba acostumbrando a un caos que era parte del paisaje, aupado –insisto– por algunos empleados públicos que, con argumentos de victimización, querían volver a Cali invivible.
Saludable sentir que hay autoridad, que la movilidad se regula por normas que deben hacerse cumplir. Hace pocos días escuché al alcalde decir en una emisora radial: “… les tengo la mejor fórmula para que no los multen. Cumplan las normas de tránsito”.
Es diciembre y la ciudad se va a congestionar más por la visita de miles de turistas que vienen a conocer esta hermosa ciudad, cargada de salsa, alegría, alumbrado en el Bulevar, salsódromo, feria de Cali, corrida de toros, encuentro de melómanos y coleccionistas y, por tanto, es una fiesta permanente que deja réditos a esta capital de la Sultana del Valle y que, ojalá, deje igual buena vibra en quienes nos acompañarán en estas calendas.
La seguridad será otro tema fundamental en estas fechas. Así que autoridad y prevención para mejorar la vida en Cali y, como dijo mi amigo Osiel Villada, Cali es una ciudad que sonríe.