¿Otro “corralito” latinoamericano?
Ahora se le ocurrió al presidente colombiano proponerle al país, sin consenso previo, a su “estilo”, “administrar” los ahorros de los colombianos en los bancos del país, según él, para “reactivar” a Colombia, además de otra reforma tributaria.
Claro, a cuál más empezó a preocuparse, poniendo en peligro la ya zigzagueante economía nacional y la desconfianza que existe con tanta corrupción.
A muchos se les puede ocurrir la espeluznante idea de retirar sus ahorros causando una caída del sistema financiero, lo cual no es aconsejable para ningún país. Vaya a saber uno si eso es lo que pretenden.
Vale recordar el “corralito”en Argentina, que le costó el cargo presidencial a Fernando de la Rúa, a quién se le ocurrió algo parecido a lo que proponen acá, creando una conmoción interior muy delicada por causa de la crisis económica y política que se desató por esa medida financiera, acrecentada, además, con la llegada de los esposos Kishner, muy amigos de Hugo Chávez.
En Venezuela también ocurrió un desplome financiero por causa de una crisis fiscal como resultado de la pesada carga de la deuda externa acumulada por la caída de los ingresos petroleros.
Se perdió la autonomía del banco central venezolano (lo que ha querido Petro con el Banrepública), la hiperinflación y las políticas erradas de Hugo Chávez y las de Nicolás Maduro, resaltan en la lista de causas de la crisis. La economía de Venezuela acumula, desde entonces, varios años continuos de desplome financiero.
Y ni hablar del sistema financiero y energético de Cuba, el cual es un deja vu de una experiencia muy traumática para los cubanos. La isla vive una contracción económica que ya dura muchos años y afecta la producción de alimentos, la disponibilidad de medicinas, etc.
En Cuba quienes reciben remesas (dólares) de sus familiares residentes en el exterior son los que pueden lidiar con la crisis mejor que otros, sin dejar de reconocer que la pobreza es alarmante, sobre todo para jubilados.
Esa propuesta de inversiones forzosas produce terror. ¿Quién administraría esos recursos y los créditos que emanarían de los mismos, según el mandatario? ¿Gustavo Bolívar? ¿El ministerio de la igualdad? ¿El Banco Agrario, casi quebrado? De verdad, no hay confianza al respecto o, que se busca, realmente.
La desconfianza ronda cuando en dos años se habla de recortes por déficit fiscal, amén de la corrupción galopante.