Pata seca, el negro que procreró más de 200 hijos
Durante todo el periodo de la conquista y la colonia en América época donde los negros fueron sometidos a la esclavitud, hubo ciertos casos en su mayoría hoy invisibilizados, donde los negros por ser considerados como animales o cosas eran sometidos a todo tipo de humillaciones donde la moral, el prestigio y en el peor de los casos la vida no contaba para nada frente a la voluntad del amo.
Teniendo en cuenta estas conductas esclavistas descubrimos que en Brasil se conoció a un negro de figura esbelta, corpulento con tres gemes de pecho que atraía incluso a las mujeres de los esclavistas.
Pata seca el negro “semental en la esclavitud”
Pues bien, a mediados del siglo XIX hubo un descenso en la natalidad de negros en Brasil por esa razón los esclavistas permitían en los negros la poligamia para que la población aumentara y así poder tener más ganancias con el producto de su fuerza y cantidad.
En medio de su preocupación por los escases de esclavizados, un esclavista descubrió que había un negro de esbelta figura y que por su condición podía contribuir con la solución al problema; fue así, que capturaron al negro pata seca para que se convirtiera en un semental preñando a todas las negras que le pusieran; para ese propósito el negro pata seca era obligado a tener sexo hasta 10 veces al día con diferentes negras a las cuales preñaba con la primera cogida.
Hablemos de este negro
El nombre de Roque José Florencio, conocido como Pata Seca, ha emergido de entre las sombras de la historia, desenterrando un relato de explotación y horror que ha sacudido las redes sociales en los últimos tiempos.
Este hombre, un esclavo brasileño cuyo físico imponente lo convirtió en un objeto de explotación singular, ha desatado un debate sobre la esclavitud en Brasil y sus terribles consecuencias
Nacido en 1828, la existencia de Pata Seca se ha convertido en una historia viral, aunque la realidad que subyace detrás de su leyenda dista considerablemente de lo que se ha divulgado.
A diferencia de la explotación laboral común entre los esclavizados, este hombre no fue forzado a trabajar, sino a reproducirse.
Dotado de una constitución física imponente, con más de dos metros de altura y músculos formidables para su época, fue utilizado por sus dueños esclavistas como un medio para engendrar hijos que heredaran sus atributos físicos, convirtiéndolos en futuras fuerzas de trabajo.
El relato más desgarrador de su vida revela que Pata Seca era sometido a mantener relaciones sexuales con cientos de mujeres cada mes, sin tener derecho a negarse.
Este tormento, un atroz abuso de poder por parte de sus propietarios, pintó una historia de crueldad inimaginable en busca de la reproducción de una línea de esclavos robustos.
Si bien la narrativa de la esclavitud evoca principalmente imágenes de Europa y Estados Unidos, la historia de Brasil está entrelazada con aproximadamente 350 años de esclavitud, siendo un pilar fundamental de su economía y exportando esclavos a los Estados Unidos.
Sin embargo, la enigmática historia de Pata Seca no se limita a su explotación. Su certificado de defunción, datado en 1958, sugeriría una longevidad de 130 años, un hecho casi imposible.
Aún más intrigante es el registro de que alcanzó la libertad al final de sus días, agregando un matiz adicional de incertidumbre a su legado.
Más allá de la veracidad de su historia individual, queda constancia documentada de que muchos esclavizados fueron empleados para procrear y generar descendencia, particularmente aquellos hombres físicamente más fuertes algo así como la eugenesia modelo genético de Adolf Hitler.
La sombra de Pata Seca arroja luz sobre un capítulo oscuro y desgarrador de la historia de la esclavitud en Brasil, recordándonos la despiadada explotación a la que fueron sometidos muchos individuos, arrancados de sus derechos más fundamentales en una época manchada por la inhumanidad y la injusticia.
Roque José Florencio, apodado Pata Seca, fue un esclavizado brasileño, con cuerpo de culturista, del que se dice que tuvo más de 200 hijos…