¿Petro, la victima?
La investigación del Consejo Nacional Electoral (CNE) a la campaña del presidente Gustavo Petro no es un golpe de Estado, como lo afirma el mandatario.
Es importante aclarar que lo que está ocurriendo no es un juicio contra Petro, sino una investigación legítima sobre las finanzas de su campaña. Desinformar al respecto sólo profundiza la polarización y confunde a la opinión pública.
El CNE actúa dentro de sus competencias constitucionales, investigando posibles irregularidades en el financiamiento, un proceso común y necesario para garantizar la transparencia en las elecciones. La historia nos recuerda el caso del Proceso 8000, donde la campaña de Ernesto Samper fue investigada por financiación ilegal.
Samper argumentó desconocer los hechos y permitió que las instituciones hicieran su trabajo. El gerente de su campaña fue condenado a 30 años de prisión. Samper culminó su mandato.
Petro haría bien en seguir ese ejemplo, dejando que las instituciones funcionen con independencia. En lugar de alimentar la narrativa de un supuesto complot, el presidente debe recordar que Colombia eligió a todos los poderes del Estado, no solo al Ejecutivo. Los ciudadanos confiamos en esas instituciones y en su capacidad de actuar conforme a la ley.
Además, la insistencia de Petro en culpar a los medios de comunicación por su cobertura de estos eventos resulta alarmante.
Llamar a movilizaciones populares en caso de un fallo adverso es una táctica peligrosa que amenaza la estabilidad democrática. Es Petro el que está cocinando un golpe a las instituciones.
Petro juró el 7 de agosto respetar la Constitución y la Ley, cada dia en sus alocuciones viola ese juramento. Petro se victimiza para desviar la atención.