Petro, ¿Las mujeres también estorbamos en Colombia?

Rosa María Agudelo

De todo lo dicho por el presidente en el último Consejo de Ministros, no sé ni por dónde empezar.

Hubo demasiadas frases estigmatizantes y descalificadoras. Esta vez, a los afrodescendientes, a las mujeres negras y, en general, a las mujeres nos fue mal.

Afirmó que la mitad de su tiempo se le va resolviendo los problemas que generan las mujeres en su gobierno.

No fue un lapsus. Es una visión. Una visión patriarcal, racista y autoritaria.

¿Entendemos ahora por qué se le perdonó a Benedetti el maltrato a su pareja? A las periodistas ya nos había llamado “muñecas de la mafia”.

Somos un grupo más blanco de sus ataques, como los empresarios, los médicos, los profesionales y hasta sus ministros, a quienes tilda constantemente de incompetentes.

Lo que el presidente expresó con claridad es que ser mujer es un problema. Ser negra, aún más.

Nos lo dice desde el poder más alto. Nos lo dice a todas: madres, lideresas, políticas, jóvenes que aún creen en la democracia. Nos dice que estorbamos, que molestamos, que decidimos mal.

Las mujeres hemos cargado siglos de exclusión. Hemos sido silenciadas e invisibilizadas. Pero hoy estamos.

Ocupamos espacios. Votamos con criterio. Y exigimos respeto. No por cortesía. Por derecho. Las mujeres no somos una carga. Somos fuerza política, ética y social. Lo que está en juego no es una disculpa.

Es el país que estamos dejando crecer.

¿Quiénes cabemos en la Colombia de Petro? ¿Solo quienes no incomodan? ¿Solo quienes aplauden?

Nosotras cabemos. Nosotras estamos. Y no vamos a salir.