Propacifico: proyectar el futuro desde lo colectivo

Rosa María Agudelo

Hay esfuerzos que no deberían ser noticia, sino norma. Que actores públicos, privados y sociales se sienten en una misma mesa, acuerden una visión compartida y trabajen con rigor técnico debería ser lo habitual.

En Colombia, sigue siendo la excepción. Por eso vale la pena celebrar los diez años de ProPacífico.

Esta iniciativa ha demostrado que sí es posible construir una agenda regional con visión de largo plazo.

Desde el Pacífico colombiano —tan golpeado por la exclusión— se ha tejido una red de voluntades que trasciende colores políticos y ciclos de gobierno. Planear más allá de los cuatro años es una necesidad en todas las regiones.

El corazón de ProPacífico no solo late en lo técnico. También late en lo social. A través de Compromiso Valle, empresarios, ciudadanos y organizaciones comunitarias se han unido para reducir brechas.

Programas de empleabilidad, educación, liderazgo juvenil y emprendimiento han beneficiado a miles. Esa articulación no impone soluciones: las construye con las comunidades.

Esta alianza ha demostrado que el desarrollo no es solo cemento. También es confianza, oportunidad, pertenencia. Y que la inversión social no se improvisa: se planea, se mide y se ajusta con rigor.

El reto ahora es cuidar esta experiencia, respaldarla. Hacerla sostenible, libre de intereses cortoplacistas. Colombia necesita más ProPacíficos: articulados, transparentes, con visión de futuro. Que hablen de trenes y vías, pero también de ollas comunitarias y huertas urbanas.

Diez años después, Propacifico ha demostrado que cuando el desarrollo se piensa entre todos, y se hace con todos, transforma de verdad.

También que el papel de los ciudadanos no termina en las urnas. Desde el conocimiento y la participación también construyen región. También hacen país.

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sábado 27 de septiembre, 2025

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