Que no se pierdan los saberes
La composición etnográfica de Santiago de Cali es diversa y refleja una rica mezcla de culturas e influencias, siendo la mayoría de nuestra población mestiza, no obstante en segundo lugar se ubica la población afrodescendiente, que representa 26% de los habitantes de Cali según el censo de 2018 del DANE.
En consecuencia, esta población ha tenido una influencia significativa en la cultura, la música y las tradiciones de nuestra ciudad.
Me pregunto ¿qué tan profundamente conocemos los caleños el legado cultural heredado y construido a partir de las comunidades afrodescendientes?
A pocos días del inicio del Festival de música del pacífico Petronio Álvarez, es importante resaltar el papel que cumple la educación en el marco una de las manifestaciones culturales más grandes que refleja los saberes ancestrales de las comunidades afrodescendientes de la región.
Este encuentro despierta la necesidad de reconocer prácticas y conocimientos tradicionales en espacios académicos formativos y hoy la educación debe ser un escenario donde se celebre y aprenda de las diferencias que componen los territorios, y no puede ser vista como un proceso de homogenización.
Las prácticas culturales de estas comunidades, como música, danza, oralidad y la cocina tradicional, son expresiones de identidad y resistencia transmitidas de generación en generación.
La socióloga Elizabeth Jelin afirma que “la memoria tiene un papel altamente significativo, como mecanismo cultural para fortalecer el sentido de pertenencia a grupos o comunidades”.
Reconocer y resignificar estos saberes desde el ejercicio académico enriquece la educación de los estudiantes y preserva una parte fundamental del patrimonio cultural.
Como educadores, es nuestra responsabilidad reconocer, valorar, resignificar y conciliar las aportaciones culturales en términos de saberes que hace no solo las comunidades afrodescendientes, sino todos los grupos humanos que conviven en nuestro espacio ciudad, entendido también como un elemento del territorio. La preservación de los saberes ancestrales a través de la educación es una apuesta por un futuro donde la diversidad sea reconocida, garantizando la continuidad de estas valiosas tradiciones.