¿Qué tendrá el Medio Oriente?

Hugo E. Gamboa Cabrera

Ya son continuos los viajes del presidente Petro a Qatar y a Dubai, país dónde, según el mismo Petro, residen y se mueven los que conforman un cartel denominado “la junta directiva del narcotráfico”; además, estas naciones árabes producen petróleo infinitamente.

En su primer viaje por esos países y posterior regreso informó a la opinión pública que estaba en peligro un congresista, siendo asesinado días después Miguel Uribe Turbay.

Nuevamente regresó a esas naciones y a su regreso volvió a decir que amenazaban a dos damas congresistas (Catherine Juvinao y Paloma Valencia) y a un alto funcionario relacionado con el control fiscal de la nación (Carlos Hernán Rodríguez, contralor General).

Tremendo enigma. Asimismo, el mandatario dice que por allá lo “quieren mucho” y que, si por él fuera, “sería presidente de Gaza”, una región que hace parte de Palestina, que lleva esperando muchos años para ser declarada un nuevo país en el mundo.

En medio de todo ese intríngulis Petro le dice al país que logró un acuerdo con esos países para que compraran café a Colombia pero, sale el doctor Bahamón, presidente de Fedecafé, a decir que hace mucho tiempo su gremio le vende café a los árabes, través de cooperativas colombianas, desde mucho antes de los viajes del presidente.

Mientras tanto, en Colombia seguimos teniendo los consabidos problemas sociales de siempre, en Chocó, en Cauca, en la Guajira, en el Guaviare, en el Catatumbo y otros más, sin solución a la vista y mucho menos cuando a Petro le quedan menos de 300 días de gobierno.

Vale la pena resaltar, entonces, la actitud de la ministra de vivienda en un consejo de ministros, cuando le dijo al presidente que requería de recursos para poder darle agua a los chocoanos, según compromiso de campaña presidencial, siendo regañada no sin antes decirle al presidente que se “había preferido comprar unos aviones para la guerra”.

Y las del economista Juan Manuel Restrepo, exministro de Hacienda de Iván Duque, cuando acusa al presidente de “culpar a otros de lo que él no ha realizado”, acusando al actual gobierno de haber aumentado la deuda externa de 300 millones de dólares a 600 billones de la misma moneda.

Ante estas situaciones, a los colombianos solo nos queda “llorar sobre la leche derramada.”