Reforma regresiva
Ley de financiamiento, pero, la verdad, es la tercera reforma tributaria que presenta el gobierno de Petro.
Igual le sucedió a Ecuador con Rafael Correa, a Bolivia con Evo Morales, a Honduras con la señora Castro, a Argentina con los Kishner, a Venezuela con Chávez y Maduro, ni hablar de la Cuba de Fidel Castro.
Esas son las consecuencias de una política retrógrada que desde hace muchos años fue declarada injusta, social y económicamente gracias a Mijail Gorbachov.
Lastimosamente Vladimir Putin revivió al comunismo y en otros países aparecieron los oportunistas de siempre para, a través de discursos populistas, se hacen elegir para imponer varias veces ese maldito sistema de meterle las manos al bolsillo a la gente, no para mejorar la calidad de vida sino para enriquecerse con el dinero que recaudan.
El gobierno anterior, el de Duque, sufrió una reacción violenta con un “estallido social” en el que se involucraron las guerrillas colombianas por que el entonces senador Gustavo Petro, puso el “grito en el cielo” por una reforma tributaria en el que los panales de huevos iban a tener IVA; estuvieron a punto de tumbar al gobierno de entonces.
Afortunadamente, eso no sucedió. Lo cierto es que el actual gobierno de Petro ha presentado una nueva reforma tributaria a nueve meses de, supuestamente, terminar su período, en el que se va a perjudicar a todo el mundo (esa narrativa que solo afectará a los ricos no es cierta) una reforma imposible, inaudita, que logrará, definitivamente, romper los bolsillos de la gente.
La gasolina eleva precios como el de la canasta familiar. Este ha sido un gobierno derrochón, que no se preocupa por el gasto público. No se ven grandes obras de infraestructura necesarias en los últimos tres años.
Que hizo el gobierno con los recursos. Prometió a inicios de gobierno un tren eléctrico de Buenaventura a Barranquilla y después vimos como el único tren que se fue para la Costa fue el “tren” Valencia.
Esa reforma, se presume, es para financiar la campaña electoral del “pacto patriótico” en elecciones del 2026. El gancho perverso es el de enfrentar a los pobres contra los ricos, estrategia idiota de la izquierda.
Preocupa mucho que por razones de ideología se ponga en vilo no solo a un próximo gobierno sino también la economía de todo un país.