Renovación del POT: El empujón necesario para los Olímpicos
Cali está próxima a actualizar su Plan de Ordenamiento Territorial (POT), la oportunidad perfecta para plantear proyectos que le permitan explotar sus vocaciones, aumentar su competitividad y superar el rezago en el que se encuentra, poniéndose a la par del desarrollo que hoy muestran ciudades como Barranquilla y Medellín.
Una de esas vocaciones es el deporte, reconocimiento ganado por albergar eventos de talla mundial como los Juegos Panamericanos de 1971, la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA en 2011, los World Games en 2013, los Juegos Panamericanos Junior en 2021, la Copa América Femenina en 2022, la Maratón de Cali y la pasada Vuelta a Colombia, que partió desde nuestra ciudad, entre otros.
Todo esto ha significado ingresos económicos importantes y el título de Capital Americana del Deporte.
Sin embargo, a pesar de esa trayectoria, Cali no cuenta hoy con grandes proyectos de infraestructura deportiva que la reconozcan ante el mundo.
Las Administraciones anteriores no han pensado ni desarrollado iniciativas de esta magnitud, y gran parte de los escenarios actuales ya ha sufrido el paso del tiempo, las piscinas Alberto Galindo tienen más de 70 años, mientras que las Canchas Panamericanas y el Coliseo El Pueblo superan los 50.
Lo que propongo es superar este atraso mediante la transformación de las cuatro unidades deportivas con las que cuenta la ciudad, convirtiéndolas en clúster deportivos.
El punto de partida debe ser el barrio San Fernando, consolidado como epicentro deportivo de Cali, a través de un gran proyecto de transformación urbana que conecte lo educativo con la Escuela Nacional del Deporte, con los espacios donde se desarrollan diversas disciplinas deportivas, como las Canchas Panamericanas con la Unidad Deportiva Jorge Herrera Barona (estadio Pascual Guerrero y Coliseo Evangelista Mora) y la Unidad Deportiva Jaime Aparicio (diamante de béisbol y pista de patinaje).
La visión es un gran campus deportivo de alto rendimiento, con espacios modernos, articulados y sostenibles, que además dinamice la economía local.
Por ejemplo, sobre la Calle Novena podríamos proyectar un boulevard de marcas deportivas, con presencia de emprendimientos locales y de las más reconocidas firmas internacionales.
Pero el reto no puede quedarse en el pasado, Cali debe pensar en grande. En 2036, nuestra ciudad cumplirá 500 años de fundación y para ese mismo año, el mundo busca sede para los Juegos Olímpicos.
¿Por qué no soñar con una Cali candidata? Tenemos el talento humano, la tradición deportiva y la posición estratégica para aspirar a ese escenario.
Para lograrlo debemos empezar desde ya: consolidando la infraestructura, asegurando financiamiento sostenido y proyectando la ciudad como un referente deportivo de talla mundial.
Este es el momento de dar un salto triple a lo Catherine Ibargüen, de manera histórica.
El POT debe dejar huella en la infraestructura y en la identidad de nuestra ciudad.
Cali tiene el derecho y la obligación de consolidar su vocación deportiva, no solo para recordar la gloria del pasado, sino para recuperar la gloria en el futuro.
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