Retoma a El Plateado, entre figuraciones e incoherencias

El presidente Gustavo Petro la semana pasada tomó la decisión política de retomar una parte de la zona montañosa de la cordillera occidental del departamento del Cauca, específicamente en el corregimiento de El Plateado en el municipio de Argelia.

Sin duda esta ha sido una decisión que “rompe el esquema” con el cual el gobierno nacional ha venido adelantando el trato con los diferentes grupos ilegales alzados en armas, a quienes en más de una ocasión les ha tendido la mano y la “rama de olivo”, priorizando la apertura de canales de diálogo frente a las acciones de imposición de la fuerza militar y la reducción por esta vía de esos grupos que en su mayoría son disidentes de las extintas FARC y por supuesto en un capítulo aparte el ELN, una guerrilla que hoy parece estar confederada y sin unidad de mando.

Muchos colombianos seguramente se sorprendieron al ver imágenes de tanquetas blindadas y cientos de soldados profesionales en ejercicios de pleno combate urbano, en escenas que hacía prácticamente una década no presenciábamos en el país.

Porque debemos ser claros, el proceso del 2016 de la firma de los acuerdos de La Habana, trajo consigo por más de un lustro, una sensación de tranquilidad en las zonas más afectadas del conflicto que a su vez son respaldadas por las estadísticas de reducción en la tasa de homicidios, secuestros y desplazamientos en la ruralidad.

Sin embargo, la que en muchos sectores llaman de manera despectiva como la “paz de Santos”, en realidad sí tuvo sus frutos en el corto plazo, sin embargo una férrea oposición, en muchos casos motivada por la necesidad de frenar los procesos de la justicia transicional que incentivan el esclarecimiento de los hechos y la verdad, llevaron a que los logros alcanzados por este proceso, poco a poco se fueran diluyendo, en gran medida por la falta de interés y de voluntad política del gobierno de Iván Duque y por la falta de ejecución y también de voluntad de los dos primeros años del gobierno de Petro.

En este sentido y especialmente por la falta de presencia efectiva del Estado en esta zona occidental del departamento del Cauca, corredor estratégico para la comercialización de alcaloides de cara al océano Pacífico, se fueron instalando y consolidando “santuarios” donde las funciones de Estado de facto las asumieron estos grupos ilegales, incrustándose no solo económica sino socialmente en los moradores de este paraje rural.

Una incrustación que sin duda si el Estado hubiese dado verdaderas oportunidades de desarrollo económico, no habría prosperado como lo fue hasta la semana pasada.

Este paso de demostración de fuerza le da un aire al gobierno nacional.

Sin embargo, este esfuerzo de salirse de la línea política trazada el 7 de agosto de 2022 por el presidente para estos temas, se ha visto empañada por la pintoresca imagen de algunos de los miembros del alto gobierno con chalecos y cascos recorriendo las calles de este afligido corregimiento, recorridos que solo quedarán en eso, en figuraciones, anuncios y pocos o ningún proyecto de envergadura hecho realidad.

Por otro lado, encontramos grandes incoherencias entre algunos de los más acérrimos detractores del gobierno, pues parece que su ejercicio se reduce a: “malo porque no hace, pero también malo porque si lo hace”; estos incoherentes que hoy incluso fungen como pre-candidatos y candidatas, constantemente en sus redes e intervenciones piden a “gritos mano dura contra los grupos ilegales”, pero cuando se ejerce presión militar, inmediatamente salen a criticar y deslegitimar este accionar.

Allí se puede dar cuenta el colombiano, la pobreza en la calidad del debate político y público que se está presenciando en el país.

Sin duda retomar el control de los territorios es prioritario para cualquier gobierno, pero no solo desde el punto de vista militar y policial, sino de manera integral, llegando con educación, infraestructura, salud y posibilidades de inserción al mercado a partir del desarrollo de unidades productivas rurales, si esto no sucede estas intervenciones se quedaran en pantalla y figuraciones que solo darán contenido para hablar a esos detractores del gobierno que no les importa argumentar a punta de incoherencias.

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