¿Revive la reelección?
Hoy tenemos nuevamente un fantasma que ya había sido sepultado, el de la reelección presidencial, una práctica que en Colombia demostró no ser viable por todo lo que ello implica en materia de repartición de “mermelada”, puestos y dádivas para lograr, primero la gobernabilidad y después la segunda elección para el primer cargo de la nación.
Pues bien, y muy a pesar de todas las voces en contra de revivir semejante esperpento para una democracia tan débil como la colombiana, una congresista del Pacto Histórico, la senadora Isabel Zuleta, radicó la semana pasada el proyecto de acto legislativo para revivir esa posibilidad, pero con un adicional, en el proyecto también busca la reelección de alcaldes y gobernadores hasta por una única vez de manera consecutiva, recordemos que hoy los alcaldes y gobernadores se pueden reelegir pero no para un periodo consecutivo.
En mi opinión, esto en algún momento, cuando la democracia colombiana tenga un mayor grado de madurez (algo que aún parece lejano), puede ser una figura atractiva para que alcaldes y gobernadores dejen de sufrir del llamado “complejo de Adán”, pero hoy las condiciones políticas y de lucha contra la corrupción que parece no tener fin, no plantean un panorama propicio para darle vida a esta dinámica reeleccionista, por el contrario, hoy Colombia debería estar pensando en limitar las reelecciones.
Por ejemplo, en mi concepto, hoy es muy necesario que se limiten a dos o máximo tres periodos en el congreso a senadores y representantes a la cámara, pues hemos visto como en algunos casos se han perpetuado en estos espacios a punta de jugadas clientelistas y su aporte en el debate legislativo y en la representación de sus regiones es prácticamente nula.
De igual forma debe pasar con los concejales y diputados, pues esta situación también se presenta a nivel local.
En cuanto a los alcaldes y gobernadores, si bien hoy no se pueden reelegir inmediatamente, si lo pueden hacer “ilimitadamente” de manera no consecutiva, en este caso debería ser posible una segunda elección por una sola vez y así comenzar a restringir los “monopolios políticos” que pueden y han durado en algunas ocasiones en Colombia hasta 12 o 16 años consecutivos, algo que no es sano para ninguna democracia.
En todo esto, si bien es virtualmente imposible que prospere la iniciativa de la congresista del Pacto Histórico, tiene una cosa positiva, y es que vuelve y abre el debate para hacer esa transformación de fondo, algo que, por supuesto debe contar con la aprobación de los congresistas, que a su vez son los menos interesados en que se les restrinja la posibilidad de reelegirse indefinidamente, una negativa motivada por razones que cada uno de nosotros podrá interpretar a su manera.