Sube el precio de la factura de gas

Paloma Valencia

Colombia empezó a importar el 30% de la demanda de gas residencial. Por primera vez en 17 años, en la Invamer POLL el 69% de los colombianos considera que la calidad y cubrimiento de los servicios públicos va por mal camino. La decisión del gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración y explotación, la falta de seguridad en zonas de inversión y la reforma tributaria del 2022 acabaron con nuestra soberanía energética.

Un hogar de estrato 3, que consume 15 metros cúbicos al mes, el año pasado pagaba 37.500 pesos; ahora va a pasar a pagar 51.000 pesos. Colombia tenía suficiencia energética para abastecer el gas residencial hasta el año pasado. El sector venía alertando que la política de no exploración de nuevos contratos acabaría con la producción nacional. Hoy tenemos 40 pozos en exploración, pero llegaremos a 0 en el 2030. Aunque el nuevo gobierno del 2026 inicie nuevos contratos de exploración se requieren seis años entre la firma de un contrato y la producción de un barril.

El gas producido nacional nos cuesta 6 dólares. Con el importado nos costará 25 dólares. La razón es que la compra de gas en el exterior nos vale 13 dólares, a esto se le suma 1 dólar que vale traerlo, 5 dólares que nos cuesta regasificarlo en Cartagena, y 6 dólares que cuesta transportarlo al centro del país. Además, la regasificadora de Cartagena está en su límite por lo que no podrá regasificar todo el gas importado.

Según la UPME, el país llegará a un déficit de gas del 50% en el 2027. En 2013, las reservas de gas eran de 5.508 GPC, generando 12,1 años de reservas, mientras que en 2023 contamos con 2.373 GPC, equivalente a 6,1 años de reservas. Una caída del 57% en 10 años.

La reforma tributaria del 2022 estuvo enfocada en asfixiar al sector hidrocarburos. La tasa efectiva de tributación de Ecopetrol pasó del 33% en 2022 al 52% en 2024. El costo de producir un barril de petróleo pasó de 9,1 dólares a 12,1 dólares. Ahora, el gobierno busca con la conmoción interior seguir aumentando más impuestos a un sector que está asfixiado y que toca la vida de todos los colombianos.

A este tema hay que sumarle que la inseguridad en las regiones está alejando a los inversionistas. Este es el caso de Emerald Energy que tuvo que irse del país. Según Corficolombiana, el aumento de la inseguridad en el país ha resultado en una caída del 4% en la inversión en exploración y en una disminución del 45% en la perforación de pozos exploratorios.

La falta de pagos de los subsidios al sector también está deteriorando a las empresas privadas. En el caso del sector del gas, por ejemplo, hay más de 700 mil hogares beneficiarios de estratos 1 y 2 en siete departamentos del subsidio de gas GLP, el de las pipetas. Este subsidio ayuda a personas de bajos recursos para un consumo de subsistencia de 14,6 kg al mes para el consumo de gas en cilindros. El gobierno ha venido incumpliendo los pagos de estos subsidios. Los privados han intentado seguir facturando con los subsidios a pesar de que el gobierno no los pague. No obstante, ya están asfixiados y esto no podrá durar mucho tiempo. Como lo advertí en una columna de finales del año pasado la situación es más grave en el sector eléctrico.

12,5 millones de hogares les aumentará las tarifas en sus facturas de gas. El gobierno, en su incompetencia, amenaza a las empresas comercializadoras de hacerles inspección. Colombia necesita recuperar su soberanía energética.

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martes 18 de marzo, 2025

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