Un desafío mayúsculo

Víctor Manuel García

El mundo en general actualmente atraviesa una serie de amenazas, qué en muchos casos, afectan la subsistencia de millones de personas e inclusos de países enteros.

El cambio climático es uno de ellos, con la particularidad que los países insulares y aquellos que están en “vías de desarrollo”, son especial y duramente afectados por los drásticos cambios que se están presentando con los fenómenos naturales asociados con el clima.

Por supuesto, Colombia no es la excepción. Sin embargo, los colombianos parecemos hacer “oídos sordos” sobre esta situación.

Muestra de tal indiferencia es la preocupante ausencia de este tema en los debates políticos, pasando tal vez de manera muy tenue alguna alusión sobre el mismo, porque el problema medio ambiental y en este caso de la amenaza del cambio climático, parece que siguiera en el mismo estado de percepción de los años 90, siendo atendido como algo lejano, etéreo y que aún no pasa de conjeturas teóricas de académicos propios de una agenda de “izquierda”.

Pues bien, esto ya no debería ser catalogado como un ejercicio de “derecha o izquierda”, debe ser abordado como lo que es, una realidad que ha dejado de ser una amenaza potencial y que actualmente ya se encuentra presente afectando a miles de familias y en muchos casos la sostenibilidad del agro colombiano.

Al no estar presente este tema como un asunto de primera línea en el debate público, iniciando en las agendas de los candidatos presidenciales, sencillamente no lo estará en el ejercicio ejecutivo de un eventual gobierno independientemente del mandatario de turno.

A su vez, al no ser un tema prioritario de la agenda nacional, tampoco lo será en la agenda de los diferentes entes territoriales (salvo algunas excepciones), siendo especialmente preocupante el caso de las gobernaciones, quienes son las entidades llamadas por excelencia a atender el fenómeno de manera integral en cada uno de sus territorios.

“De por sí” la situación de cambio climático nos debe poner en alerta, pues de acuerdo a un estudio de la Oficina Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (ODNI por sus siglas en inglés), cuyos resultados fueron publicados por la Casa Blanca a finales de 2021, “Colombia es uno de los 11 países más vulnerables a los efectos físicos de tal situación, siendo uno de los territorios con menor capacidad de adaptación al fenómeno”.

Esta falta de adaptación, de acuerdo al estudio, tiene que ver de manera muy importante con la ausencia de políticas y acciones preventivas de fondo que busquen mitigar los riesgos de los efectos del cambio climático, especialmente en lo que respecta a la presencia constante de épocas de lluvias intensas y prolongadas, así como de sequias de larga duración en diferentes zonas del país.

Cuando se traslapan los resultados y conclusiones de este estudio a la realidad colombiana, se puede ver que es verdad, esa es la realidad que vivimos en nuestro país, vemos que en cada temporada invernal sufrimos exactamente los mismos problemas en prácticamente las mismas zonas de la geografía nacional.

El Valle del Cauca por supuesto no es la excepción, y ni en este gobierno ni en anteriores hemos presenciado una voluntad real para realizar obras y acciones de mitigación y prevención del riesgo, los gobiernos departamentales, así como el nacional, históricamente han basado sus acciones en la reacción frente al desastre y no en la previsión e intervención temprana en las zonas de riesgo que son tradicionalmente afectadas.

En muchas zonas de Colombia, incluyendo al Valle del Cauca, llevamos más de 13 meses prácticamente continuos de una ola invernal que no parece cesar, y que, de acuerdo a múltiples estudios, incluyendo el del Pentágono, la situación tiende a empeorar, pero aun así los colombianos no parecemos entender que el tema del cambio climático y su afectación a nuestro territorio es realmente un desafío mayúsculo.

Comments

miércoles 13 de abril, 2022

Otras Noticias