Un Mandato para que Cali vuelva a vibrar con el centro
Hablar del origen de Cali, sin duda, nos obliga a hablar del centro y específicamente de la Plaza de Cayzedo, ya que su construcción dio paso al desarrollo de la ciudad en términos comerciales y habitacionales, donde propios y visitantes llegaron a adquirir o comercializar sus alimentos.
Sin embargo, años después la dinámica tanto de la plaza, como del centro de Cali cambió, y se intensificaron problemáticas, que a lo largo del tiempo, los gobiernos de turno han intentado solucionar con poco éxito.
El centro de Cali tiene distintas necesidades, dentro de las que están: la seguridad, ya que esta comuna, tiene 6 de los 20 barrios en los que más hurtos a celulares se presentan.
En movilidad, el 24% de los andenes se encuentran en mal estado y son demasiado estrechos, lo que afecta directamente a los que visitan el centro de forma peatonal y en ese mismo sentido, la ocupación del espacio público, es otro de los temas críticos, porque solo se tiene un espacio público por persona del 5m² cuando lo que recomiendan organismos como la Organización Mundial de la Salud es tener entre 10 y 15m².
Otro de los grandes retos está en lo ambiental, pues el centro es una de las islas de calor que tiene Cali, producto de un déficit de más de 5.600 árboles, lo que ha hecho que en esa zona de la ciudad se tengan sensaciones térmicas de hasta 7°C por encima de las temperaturas reales de la ciudad.
En materia social, el centro reúne dos fenómenos: por un lado, concentra al menos 4 mil habitantes de calle y por el otro lado, de los 15 mil vendedores informales, más de 3 mil están ubicados allí.
Estos fenómenos no han sido atendidos e incluso han llegado a sufrir desfinanciaciones como ocurrió con la atención de habitantes de calle que en 2020 contaban con $8.700 millones y en 2023 disminuyó a $3.800.
Estas situaciones han hecho que se pase por alto el valor estratégico que tiene el centro para la ciudad. Por ejemplo, en materia económica, es el espacio que más empleo genera por metro cuadrado en Cali, pues produce entre 25 mil y 35 mil empleos directos y además de eso, tiene dos de los barrios que más mueven el comercio, como ocurre con San Nicolás y San Pedro, que tienen centralidades industriales y las asociadas al sector automovilístico.
Todo eso, sin dejar de contar con el potencial habitacional, que se está gestando a partir de los planes de renovación y en brindar una alternativa de vivienda central, con cercanía a los servicios administrativos, transporte público y masivo, como de plazas y bibliotecas.
Es por esto que junto a expertos, comerciantes, empresarios, académicos y fundaciones, creamos el Mandato Centro, un documento con más de 40 propuestas en temas de movilidad, seguridad, espacio público, infraestructura y otras más, que se espera sean usadas por la Administración Distrital como hoja de ruta para la recuperación progresiva del centro en los siguientes cuatro años, y que a su vez, plantee retos para mejorar la calidad de vida de quienes viven, trabajan y transitan por esta zona a mediano y largo plazo.
Este Mandato condensa propuestas que van desde la implementación de una estrategia de seguridad zonificada que responda a las necesidades particulares del centro; el fortalecimiento de la ruta de atención para el habitante de y en calle; un inventario del estado de la malla vial del centro y la formulación de un plan para su recuperación; poder contar con un cuerpo permanente de guardas cívicos en la zona; estrategias de acercamiento a la formalización, educación y acceso a microcréditos para vendedores que se encuentren en la informalidad; la creación de un clúster de la salsa con el que no solo se pueda impulsar bailarines y bailadores, sino que también ayude a dinamizar su economía con la circulación de contenidos y que beneficie a músicos, modistas, zapateros y demás actores que se ven impactados por este sector.
En el Mandato Centro, que fue entregado a la Administración el pasado 9 de mayo, están los sueños de cientos de miles de caleños que ven en éste oportunidades y los medios para progresar. Su implementación