¿Un mundo izquierdista?

Hugo E. Gamboa C.

Terminada la segunda guerra mundial se reunieron los tres grandes vencedores: Franklin Delano Roosevelt, Winston Churchill y Joseph Stalin, con el propósito de analizar los pormenores de la guerra, las consecuencias de la misma y la conformación geopolítica del nuevo orden mundial.

Los dos primeros pretendieron quedarse con la mayor parte pero no contaban con la astucia del ruso, quién les dijo que sin él no “hubiese sido posible ganar la contienda”, lo que en parte, era cierto, sobre todo por la forma sanguinaria como obtuvo sus ventajas, especialmente contra su primera víctima, Polonia.

Lo cierto es que Stalin ya tenía diseñado el mapa de los países que quería, incluso la totalidad de Alemania pero, Franklin y Churchill, solo le concedieron la parte Este, lo que el ruso aceptó procediendo a construirle el famoso “muro de Berlín.”

Igual hizo con el resto de naciones por él escogidas quedando bajo un régimen denominado la “cortina de hierro”, en el que se estableció un sistema totalitario.

Asimismo, estos tres se pusieron de acuerdo para establecer un organismo que permitiera supervisar, garantizar y proteger el bienestar del mundo, denominado hoy la ONU.

El compromiso se selló en buenos términos pero Stalin, comunista hasta los huesos, no cumplió.

Por el contrario, esa órbita geopolítica que le concedieron padeció y terminó enclaustrada entre muros y alambradas infames.

Ese organismo mundial no pudo funcionar eficazmente, pues Stalin y sus correligionarios escogidos para gobernar a su nombre en los países de su inolvidable “cortina”, no cumplieron.

Afortunadamente, Llegó Gorbachov, años después, y acabó con tanto sufrimiento y liberó a cada uno de los países esclavizados. Hoy Putin quiere realizar lo mismo de Stalin.

Traigo esto a colación porque mucha gente en el mundo está preocupada por la forma como funcionan la ONU y la OEA.

Políticamente incorrectas, judicialmente sesgadas, demasiado burocratizadas.

Todo lo que huela a filosofía derechista les fastidia, la golpean sistemáticamente.

Detrás de eso funciona un multimillonario—George Soros—quién manipula, gracias a su dinero, al CIDH, a los Foros de Sao Paulo y de Puebla.

Para cualquier fallo o eventualidad, casi siempre la izquierda es inocente, mientras que a la derecha la vilipendian.

No es sino analizar y verificar los acontecimientos emanados de ONU y OEA, para darnos cuenta que el objetivo con el que fueron creados, se distorsionó.

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sábado 26 de octubre, 2024

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