Una paz tambaleante

José David Solís Noguera

La retoma del sur de Colombia por disidencias de las Farc y que tienen trabajando de la mano a los gobiernos de Colombia y Ecuador para capturar a “Guacho”  criminal responsable del secuestro y asesinato de los tres periodistas ecuatorianos  preocupa no sólo a los habitantes de Nariño, sino que despierta el miedo de volver a vivir una crisis diplomática.

Según el informe de la Fundación Ideas para la Paz, cerca de 1.200 hombres han surgido como enemigos del proceso liderado por el gobierno Santos, con el objetivo de controlar la producción y salida de la coca.

En medio de la implementación de los acuerdos, sobresalen las dieciocho facciones que se mantienen en armas y que hacen tambalear los desafíos propuestos en el pacto realizado con la guerrilla.

El frente Oliver Sinisterra, es una de las organizaciones que ha logrado reunir a disidentes y a pobladores que ven en el narcotráfico una alternativa de vida, y que durante este año registran 46 acciones como enfrentamientos, emboscadas y desplazamientos forzados.

Estas disidencias con presencia en 13 departamentos del país son el resultado de la lentitud e incertidumbre sobre los avances de la implementación, las medidas de reincorporación y las garantías de seguridad para estos hombres.

Estas disidencias son una seria amenaza para la seguridad y la consolidación de la paz, arriesgando los cuatro años de conversaciones entre Gobierno y Farc, abriendo la ventana a los opositores de este proceso nos lleven nuevamente a un conflicto armado que sería más doloroso para el país. Aunque hemos avanzado, no podemos dejar sola a la paz.

 

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miércoles 25 de abril, 2018

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