Yo hablo bien de Cali

Rodrigo F. Chois

Gracias a la invitación del señor Ángel Spiwak, presidente del hotel Spiwak, tuve la oportunidad de compartir mesa con el alcalde de Cali, Alejandro Èder.

Mientras degustaba una exquisita kafta rellena de espárragos y queso manchego sobre una salsa de pomodoro, escuché atentamente cómo nuestro alcalde brindaba información sobre el estado de nuestra ciudad.

“Hemos reducido en un 20% el índice de homicidios per cápita”, anunció, dejando claro que la seguridad es fundamental.

Luego, continuó con más información, como el aumento de la presencia policial en nuestras calles, lo cual ha tenido repercusiones disuasivas para la delincuencia.

Además, mencionó las asesorías que se recibirán en seguridad por parte de la Policía de Nueva York y en áreas de manejo de información y software para agilizar procesos y trámites, para evitar corrupción.

Habló también de los impuestos prediales y de cómo, sorprendentemente, son los estratos más pobres los que cumplen a cabalidad con esta obligación, en contraste con los estratos altos que son morosos.

Se refirió a la complejidad que representa para la seguridad de la ciudad los negocios ilegales en Jamundí, de que se capitalizó Corfecali para garantizar la feria y, por supuesto, a cómo nos estamos preparando para la Convención de
Biodiversidad COP 16 que se realizará en octubre.

Sin embargo, lo que más preocupa al alcalde es la posibilidad de que, en un par de meses, afrontemos una grave crisis del sistema de salud debido al no pago de recursos adeudados a las clínicas por parte del gobierno. Hago eco en esto último porque el impacto de una crisis como la que teme el alcalde es sumamente desastroso.


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miércoles 31 de julio, 2024

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