Ojalá la ciudadanía caleña comprenda el mensaje
¿24 y 31 de diciembre, con toque de queda en Cali?
La ley seca y el toque de queda decretados por el alcalde Jorge Iván Ospina son medidas comprensibles en medio del aumento de casos de covid-19 en Cali. Ambas restricciones se aplicarán todos los días en la madrugada, entre la 1:00 y las 5:00, para evitar la prolongación de actividades nocturnas que puedan propiciar contagios del coronavirus.
Ojalá la ciudadanía caleña comprenda el mensaje que se está enviando con estas restricciones, pues, en cierta medida, son una advertencia que indica que, de seguir el mal comportamiento en materia de prevención del virus, se podrían adoptar otras más severas.
En los horarios en los que se aplicarán, estas restricciones no afectan ninguna actividad comercial, y eso es bueno, porque la economía local, como la de todo el país, aún no se recupera de las graves pérdidas que dejaron los meses de aislamiento.
Eso, precisamente, es lo que debe pensar cada persona antes de incurrir en conductas que pongan en riesgo su salud y la de otros; el mal comportamiento, es decir, el desconocimiento de los protocolos de bioseguridad, puede tener consecuencias fatales, no solo por las vidas que se pueden perder, sino también porque un aumento desbordado de los contagios podría llevar al colapso del sistema de salud y obligaría a adoptar restricciones más duras que podrían llevar a la quiebra al país. Esa situación se debe evitar a toda costa, y la mejor forma de hacerlo es cumpliendo con las medidas de bioseguridad.
¿Se imaginan que el 24 y el 31 de diciembre se apliquen la ley seca y el toque de queda desde tempranas horas? Ese escenario drástico debe evitarse a toda costa y depende de todos y cada uno de los ciudadanos. Lo que se pide no es nada difícil: utilice el tapabocas, lave frecuentemente sus manos y mantenga el distanciamiento social.