A propósito de caravanas

Resulta vergonzoso que se tengan que adoptar medidas prohibitivas porque los ciudadanos no se saben comportar.

Durante este puente festivo, entre las 7:00 de la noche de hoy y las 6:00 de la mañana del lunes, estará prohibida la circulación de motocicletas en Buenaventura, la razón es sorprendente: se busca evitar que durante estos días, en los que se celebrarán las fiestas patronales de San Buenaventura, haya caravanas de motociclistas en la ciudad.

Se trata de una medida que busca contrarrestar un fenómeno de caos creciente en el que el alicoramiento, la violación de las normas de tránsito, el desconocimiento de la autoridad y las agresiones a quienes no hacen parte de la particular “celebración” son el común denominador.

Según la Alcaldía del Distrito especial portuario, en estas caravanas han llegado a participar hasta siete mil motociclistas, una multitud difícil de controlar.

Lo que ocurre en Buenaventura no dista de las tomas del hundimiento de la Avenida Colombia en Cali, algo que se ha convertido en una obsesión de algunos motociclistas desadaptados que “celebran” taponando este importante paso vehicular que une al sur con el norte de la ciudad.

Hace un par de semanas, durante los partidos de la Selección Colombia en el Mundial de Rusia, las autoridades cerraron el paso de manera preventiva para evitar la toma de este espacio.

¿A dónde ha llegado el mal comportamiento social para que las administraciones locales tengan que tomar este tipo de medidas?

Y, como siempre, pagan justos por pecadores, pues la restricción de la circulación de motos durante cuatro días en Buenaventura afecta a ciudadanos que utilizan estos vehículos para ir a trabajar o hacer sus diligencias sin causarle problemas a nadie.

¿Qué se puede hacer más allá del control? ¿Cómo abordar este fenómeno social de tendencia al caos y al mal comportamiento?

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