¿A qué juega la guerrilla?
Hasta ayer, la infiltración del paro nacional agrario por parte de las FARC era un rumor que sonaba a excusa para desprestigiar el justo reclamo de los agricultores ante el abandono en el que está sumido el campo colombiano; sin embargo, el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, aseguró que el ente investigador a su cargo confirmó que no sólo este grupo armado ilegal, sino también el ELN, estarían instigando o, mejor, obligando movilizaciones campesinas en algunas regiones, especialmente en el sur del país. Ante esta noticia surge la pregunta que da título a este editorial: ¿a qué juega la guerrilla?
El Gobierno Nacional se la está jugando toda por el proceso de paz, es su máxima apuesta, cree en la palabra de los negociadores de las FARC, tanto así que en oportunidades parece que el Estado estuviera arrodillado ante la guerrilla, y existe la percepción de que, en aras de cuidar las negociaciones de La Habana, ha bajado la guardia y la presión militar sobre el grupo armado ilegal. Paradójicamente, mientras el presidente Juan Manuel Santos paga el costo del deterioro de su imagen por defender un proceso de diálogo en el que la mayoría del país no cree, la guerrilla promueve movilizaciones que debilitan al Gobierno, que le está dando la mano y la oportunidad de negociar.
Que en pleno momento electoral las FARC cometan acciones que ponen en riesgo la continuidad del Gobierno que les devolvió el estatus político, demuestra una gran torpeza por parte de sus cabecillas o, lo que es peor, la total falta de compromiso del grupo armado ilegal con el proceso de paz, pues al contribuir al deterioro de la imagen de Santos abre la puerta para que el presidente sea derrotado por un candidato que cambie totalmente las condiciones del proceso de paz. ¿A qué juega la guerrilla?