Agua, más allá del mínimo vital
La discusión de este proyecto se da en una coyuntura que invitaría a analizar la problemática global del agua y no solo un proyecto tarifario puntual. El mínimo vital de agua potable es la cantidad mínima que necesita una persona para cubrir los requerimientos básicos de higiene y consumo.
El proyecto que se estudia en Cali estima un mínimo vital de seis metros cúbicos mensuales para los estratos uno y dos. En el papel esta iniciativa suena socialmente solidaria pero deja por fuera consideraciones importantes. El uso del agua varía de acuerdo con la cultura, el clima, y las condiciones sociales más allá de la tarifa. A partir de lo anterior, muchos investigadores concluyen que el derecho humano al agua no significa que este servicio deba ser gratuito. En Cali, implementar este beneficio puede tener graves consecuencias en el uso racional de un recurso cada vez más escaso.
Según cifras de Emcali, el consumo promedio de agua es de 19 metros cúbicos. En algunos sectores de estratos 1 y 2 alcanza los 70 metros cúbicos. Otro elemento que hay que tener en cuenta es que el 50% del agua que se consume en la ciudad no se factura debido al gran porcentaje de viviendas de esos estratos que se conectan ilegalmente sin que el municipio implemente acciones coercitivas para legalizar a los usuarios. Sin duda, Cali tiene que hacer un debate sobre el agua pero no puede limitarse a discutir un aspecto tarifario, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades de abastecimiento que tendrá en el futuro inmediato y la situación financiera de las Empresas Municipales.