Cali, noviembre 14 de 2025. Actualizado: jueves, noviembre 13, 2025 23:03
Recordar para prevenir, no para lamentar
Armero: 40 años de una tragedia que no puede repetirse
El 13 de noviembre de 1985, el Nevado del Ruiz entró en erupción y liberó una avalancha de lodo, piedras y escombros que descendió con fuerza devastadora por el río Lagunilla y arrasó el municipio de Armero, en el Tolima.
En menos de una hora, la población quedó sepultada bajo toneladas de lodo y ceniza. Más de 23.000 personas murieron, entre ellas casi toda la población del municipio, y más de 5.000 resultaron heridas o desaparecidas. La tragedia ocurrió pese a que se había advertido.
Cuarenta años después, Armero sigue siendo la mayor catástrofe natural en la historia de Colombia y una de las más dolorosas lecciones sobre lo que ocurre cuando la prevención y la gestión del riesgo fallan.
El país aprendió entonces que la ciencia no puede ser ignorada, que las alertas deben escucharse y que los protocolos de evacuación salvan vidas.
Sin embargo, las recientes tragedias por deslizamientos, inundaciones o incendios forestales demuestran que esas lecciones no siempre se han aplicado.
Hoy, cuando se recuerda a las víctimas de Armero, el país enfrenta una paradoja: el sistema que nació para prevenir desastres, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, está en el centro del mayor escándalo de corrupción del actual gobierno por el saqueo de los carrotanques destinados a La Guajira, algo que evidencia la fragilidad institucional en la que sigue estando la gestión del riesgo.
El mejor homenaje a las víctimas de Armero no son las ceremonias ni las palabras de duelo, sino la acción.
Colombia debe revisar a fondo cómo está invirtiendo sus recursos en prevención, cómo se están aplicando las alertas y cómo se está educando a las comunidades que viven en zonas de riesgo. Armero fue una tragedia por falta de prevención.

