Bienvenido el alumbrado
Es de caballeros rectificar, y, al presentar el alumbrado navideño para este año, el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, reconoció que fue un error no hacerlo en diciembre pasado, algo que además de causar molestia a la mayoría de los caleños, tuvo, sin duda, mucha incidencia en el bajón de aprobación que sufrió el gobierno local a final de 2012 y comienzo de 2013.
Y es que el alumbrado navideño es tan importante en los sectores populares de Cali, que son casi el 80% de la ciudad, que no hacerlo se convirtió en un factor de pesimismo para la gente. Ese puede ser el principal valor de la iluminación decembrina en la capital del Valle, que crea un ambiente especial e invita a sus habitantes a disfrutar y a apropiarse de espacios públicos que en otras condiciones permanecen desolados en las noches.
Además del importante factor motivacional, el alumbrado navideño tiene un importante componente económico, pues se convierte en una opción de trabajo para los vendedores y atrae visitantes de otros municipios.
La gran lección que dejó el error de no hacer alumbrado público navideño en el 2012 es que no se puede gobernar a partir de gustos personales, por eso desde esta tribuna de opinión, que hoy celebra que la ciudad vuelva a engalanarse en diciembre, se cuestionó en su momento la equivocada decisión del gobierno local, que fue avalada por un pequeño sector que estimuló la oscuridad decembrina aduciendo que las luces eran “pachucas” e innecesarias.
Ya hay algunas voces que piden que se acabe la cabalgata de la Feria de Cali sólo porque los “grandes señores” ya no son quienes montan, olvidando la importancia popular del evento.
Este tipo de decisiones deben tomarse pensando en la ciudad, no en unos sectores.
Con la lección aprendida, queda hacer un llamado a disfrutar el alumbrado con responsabilidad y esperar que la iluminación contribuya a que los caleños cierren el año con optimismo.