El Gobierno busca más tributos mientras ignora fuentes legítimas de ingreso y derrocha sin freno.
¿Otra reforma tributaria?
Mientras el gobierno nacional prepara una nueva reforma tributaria para recaudar cerca de $19 billones, y alista el rompimiento de la regla fiscal para endeudarse aún más, mantiene bloqueada una fuente legítima y garantizada de recursos: la exploración y explotación de hidrocarburos.
Según cifras oficiales, este sector, que entró en decrecimiento por decisión del mismo gobierno, podría garantizarle a la Nación entre $60 y $80 billones anuales, por concepto de regalías, impuestos y divisas, pero desde 2022, Colombia es el único país de la región que no firmó nuevos contratos en este campo.
Paradójicamente, en lugar de aprovechar ese potencial económico, el gobierno insiste en fórmulas que sacrifican la sostenibilidad fiscal, como el rompimiento de la regla, que equivale a gastar por encima de los ingresos.
Lo más preocupante es que mientras se pide más esfuerzo a los contribuyentes, el gobierno promueve iniciativas costosas y sin justificación, como la consulta popular, que costaría $700 mil millones y una constituyente, que alcanzaría los $860 mil millones.
A esto se suma la creación de más burocracia, como el Ministerio de la Igualdad y la apertura de nuevas embajadas en medio de un panorama económico débil, con bajo crecimiento y una inflación aún sensible para los hogares colombianos.
La paradoja es evidente: se rechazan ingresos seguros y sostenibles, se recurre al endeudamiento, se castiga al ciudadano con más impuestos y, al mismo tiempo, se gasta sin criterio. Así no se construye estabilidad.
El país necesita coherencia fiscal, gasto responsable y una agenda centrada en resolver problemas reales.