¿Cuánto le importa el deporte al gobierno?

A medida que los Juegos Olímpicos de París llegan a su fin, Colombia se enfrenta a una dura realidad: las meritorias tres medallas de plata obtenidas por el país, que podría ganar una más en la última jornada, demuestran un retroceso en el nivel deportivo.

Se trata de una caída preocupante en comparación con los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde Colombia obtuvo ocho medallas, o los de Tokio 2020, en los que se alcanzaron cinco.

¿Cómo llegamos a este punto?

La respuesta parece estar ligada directamente a la política deportiva del gobierno del presidente Gustavo Petro, caracterizada por la reducción drástica del presupuesto destinado al deporte.

A pesar de la importancia del deporte como motor de desarrollo social y de cohesión nacional, el gobierno decidió recortar un 66% del presupuesto para el próximo año, lo que equivale a una pérdida de $900.000 millones. Estos recortes no solo representan un golpe directo al desarrollo del talento deportivo, sino que también demuestran una preocupante falta de visión a largo plazo.

El desorden en el manejo del Ministerio del Deporte es otro factor que no se puede ignorar. En tan solo dos años de gobierno, han pasado tres ministros diferentes, lo que refleja una evidente falta de estabilidad y continuidad en las políticas deportivas.

Este vaivén ministerial, sumado a la postura del presidente Petro, que dijo no estar de acuerdo con la creación de este ministerio, sugiere un desinterés palpable por el deporte.

La pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos para Barranquilla es otro ejemplo de la negligencia gubernamental en este ámbito.

De haberse concretado, esta sede habría sido una oportunidad invaluable para impulsar el deporte en el país y preparar mejor a nuestros atletas para competencias internacionales.

¿Por qué un gobierno que tuvo tanto respaldo electoral de los jóvenes, no se la juega por el deporte como una puerta hacia las oportunidades?

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