Cuidado, que llegó diciembre…
Diciembre es el mes más festivo del año, y, por lo mismo, es el periodo en el que se requiere una mayor responsabilidad ciudadana y un mayor control por parte de las autoridades para evitar que las celebraciones terminen en tragedia.
Prevención, moderación y control son palabras que deben tenerse muy presentes durante el fin de año, pues el aumento del
flujo de efectivo en las calles, por el pago de primas y la compra de regalos; el consumo de licor, y el uso de pólvora, aumentan los riesgos de robos, riñas y lesiones, respectivamente, que pueden tener consecuencias fatales.
La llegada hoy de mil efectivos de la Policía Nacional a Cali es prueba de que en fin de año el riesgo aumenta, por lo que se hace necesaria una mayor vigilancia en las calles. Sin embargo, si bien es cierto que las autoridades juegan un papel muy importante en la regulación del comportamiento ciudadano, de nada sirven los operativos y demás acciones de control si no hay un buen comportamiento por parte de la gente, que debe disfrutar sin excesos y sin exponerse a riesgos innecesarios.
Entre el 24 y el 25 de diciembre, y entre el último día del año y el 1 de enero la capital del Valle vive sus días más violentos. La meta de esta navidad, no sólo para las autoridades, sino también, y muy especialmente, para todos los caleños, debe ser quebrar esa tendencia, como muestra de madurez ciudadana.
Bien vale la pena insistir en campañas que lleven a los ciudadanos a entender que su seguridad e integridad es primero que todo responsabilidad propia, y no asunto exclusivo de las autoridades. Cuando se logre eso, las celebraciones no serán más sinónimo de problemas.