Deserción escolar es igual a más pobreza

Un informe de Cali cómo vamos reveló que las matrículas escolares han caído en la capital del Valle del Cauca; en el último año en educación preescolar, básica y media hubo 5.192 estudiantes menos en la ciudad que en el periodo anterior.

Pero este no es un panorama exclusivo de Cali. Durante los últimos seis meses, se ha observado en Colombia un incremento de aproximadamente el 50% en la tasa de deserción escolar en comparación con el mismo periodo del año pasado. De acuerdo con los más recientes informes proporcionados por el Ministerio de Educación, alrededor de 500.000 estudiantes han abandonado sus estudios, abarcando niños, niñas y jóvenes.

La deserción escolar de niños y jóvenes es un desafío que los gobiernos y las sociedades deben abordar de manera urgente y decidida. La educación es un derecho fundamental que no solo beneficia a los individuos, sino también a las comunidades y a la sociedad en su conjunto.

En primer lugar, la educación proporciona las herramientas necesarias para que los niños y jóvenes desarrollen su potencial y puedan tener una vida mejor en el futuro.

Una educación adecuada les brinda conocimientos, habilidades y competencias que les permiten acceder a empleos de calidad y contribuir positivamente a la sociedad.

La deserción escolar, por el contrario, condena a las nuevas generaciones a la pobreza.

Además de la desmotivación, de la falta de pertinencia y las dificultades económicas, los violentos son otro factor que aleja a niños y jóvenes de la educación.

En zonas rurales y también en sectores deprimidos de ciudades como Cali, los grupos armados y la delincuencia común reclutan a los menores de edad para instrumentalizarlos en sus propósitos criminales.

Es responsabilidad de los gobiernos y las sociedades trabajar juntos para eliminar las barreras que alejan a niños y jóvenes de la educación, hay que hacerlo por ellos, pero también por el país.

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