La comunidad internacional debe tomarse en serio la discusión sobre la forma de afrontar este flagelo

Drogas: un debate mundial pendiente

martes 20 de septiembre, 2022

El discurso del presidente Gustavo Petro ante la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, y muy especialmente su llamado a “acabar con la irracional guerra contra las drogas” debe verse sin apasionamientos; si la esencia del mensaje se analiza al margen de los odios y amores que despierta su autor, fácilmente se concluye que el mandatario tiene razón.

Nuestro país es una dolorosa prueba del fracaso de la guerra contra las drogas. Ni la muerte de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, ni la captura de los hermanos Rodríguez Orejuela y tampoco la desmovilización de las Farc representaron el fin del narcotráfico, por el contrario, cual monstruo mitológico, tras la baja, captura o entrega de un cabecilla, surgen nuevas cabezas, al punto que hoy son al menos 26 bandas criminales las que disputan a sangre y fuego el control de este negocio ilegal en nuestro país.

El presidente tiene razón cuando sostiene que en Colombia es donde se ponen los muertos de la guerra contra las drogas y, por lo tanto, es válido que se plantee un debate sobre una nueva forma de afrontar este flagelo y no es otra que mediante la legalización, que debe ser una decisión global, pues de nada serviría si esta fuera una determinación exclusiva de los países productores.

Lo que le da gran rentabilidad al negocio de las drogas es que sean ilícitas en los países consumidores y, mientras esto sea así, habrá organizaciones criminales dispuestas a todo por controlar la producción y el mercado.

Es claro que en el mundo de hoy el presidente Petro habla desde una utopía y es por eso que, mientras se da el debate mundial, debe tomar las medidas para evitar que Colombia se consolide como un paraíso para los narcotraficantes.

Foto: Presidencia de la República

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