El botín de la salud
Preocupante que el Gobierno Nacional esté contemplando la posibilidad de liquidar las EPS y asumir la prestación de los servicios de salud, pues si bien estas entidades tienen problemas en su funcionamiento, antes, cuando estaba en manos del Estado, a través del tristemente célebre Instituto de Seguros Sociales, que era un gran foco de corrupción, la atención era mucho peor que ahora.
Si en verdad el Gobierno Nacional tiene la intención de mejorar los servicios de salud, lo que debería hacer es cumplir sus obligaciones al respecto. Y es que la gran mayoría, si no todos, los problemas de estas entidades se deben a que el Estado les debe mucho dinero, poco más de dos billones de pesos, y no les paga, lo que les crea dificultades para funcionar; y, el mismo Estado, no ejerce el suficiente control sobre éstas para garantizar que atiendan a la gente como debe ser. Claro, con todo lo que se les adeuda a las prestadoras de servicios de salud, no hay autoridad moral para exigirles mejor servicio.
En medio de este panorama, resulta hasta meritorio que las grandes EPS sigan atendiendo gente en medio de la crisis financiera que viven por el incumplimiento del Estado en los pagos.
Que el Estado asuma la prestación de los servicios de salud no soluciona ningún problema, por el contrario, los agranda, pues convierte el sistema en un festín burocrático y de contratos. Por lo mismo no se necesita ser adivino para predecir que si el Gobierno presenta una reforma en ese sentido, el Congreso la aprobará sin ningún \”pero\”. Si esto ocurre volveríamos a la época aquella en la que se descubrieron en el ISS los cobros de servicios de ambulancia para trasladar un paciente de un piso a otro dentro de la misma clínica y el pago de cesáreas \”practicadas\” a hombres.
Da susto pensar que esta es la reforma de fondo que piensa hacer el Gobierno a la atención en salud.