El caos de la Autopista

El panorama en torno al cierre de esta vía evidencia grandes errores de planificación.

La crítica situación de movilidad que se vive por cuenta del cierre de la Autopista Sur entre las Carreras 29B y 35, donde iniciaron trabajos de reposición de las redes de alcantarillado, requiere una mayor coordinación de todas las entidades y dependencias involucradas.

Es claro que faltó socialización previa al cierre y que el impacto en la movilidad del sur de la ciudad no se previó correctamente, al punto que en el primer día el trancón fue agravado porque coincidió con la ciclovía nocturna.

Si bien a los caleños se les debe pedir paciencia, pues el cierre obedece a la realización de obras necesarias para la ciudad, hay que procurar que el impacto sobre la movilidad sea el mínimo posible, y esto implica un gran esfuerzo en varios sentidos: primero, en la entrega de información oportuna, pues aún hay personas a las que el trancón las toma por sorpresa o que no tienen claro el plan de desvíos, y, segundo, en regulación, con un operativo permanente que incluya no solo la presencia permanente de guardas de tránsito sino que contemple otras acciones como el cambio temporal de sentido de algunas vías, para permitir que el tráfico fluya.

La lección que deja el cierre de la Autopista Sur entre carreras 29B y 35 es que las obras que impliquen afectación vial deben planificar muy bien la movilidad, pues el laboratorio no puede ser en vivo en directo.

Cali es una ciudad con un déficit vial alto, en la que hasta la más mínima ocupación de una calle represa el flujo vehicular.

Esperemos que en lo que resta de este cierre, que sería mínimo de tres meses, mejoren la articulación y la información, para que la situación en la Autopista mejore.