Esto convierte a la ciudad en objetivo militar
El comando se debe ir
Desde todos los puntos de vista, resulta inconviente que el Comando Aéreo de Combate número 7 esté ubicado en la Base Aérea Marco Fidel Suárez.
Además de frenar el desarrollo urbano de Cali, tener un comando aéreo de combate dentro de la zona urbana convierte a la ciudad en objetivo militar.
Es muy grave que Cali no pueda crecer hacia arriba por cuenta de las limitaciones impuestas por la Fuerza Aérea, que prohíbe las construcciones de más de cuatro pisos en un radio de 7.414 hectáreas.
Esto genera desempleo, porque frena la construcción; encarece la tierra e impide que la capital del Valle del Cauca se redensifique. Según cifras entregadas por el alcalde Maurice Armitage, esta situación pone en riesgo la construcción de más de 63 mil viviendas y trunca la generación de 166 mil empleos.
Ante la situación de tensión que se vive con Venezuela, y ante la posibilidad de una operación militar internacional contra el régimen de Nicolás Maduro, tener un comando aéreo de guerra en la ciudad representa una amenaza para los caleños, pues si estalla una confrontación con el vecino país, seguramente las aeronaves de la dictadura chavista apuntarán contra los centros de operaciones militares aéreas de Colombia, entre ellos el ubicado en Cali.
En ese sentido, el Comando Aéreo de Combate número 7 no puede estar en el perímetro urbano de Cali, y tampoco puede estar en el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, pues al ha-cerlo, la terminal aérea tendría que priorizar la operación de aeronaves militares, algo totalmente inconveniente para una ciudad que está haciendo grandes esfuerzos para crecer como destino turístico.
La Base Aérea no tiene que irse de Cali, siempre y cuando funcione solo como escuela militar de aviación. Lo que la ciudad no puede aceptar es ser la sede de un comando aéreo de combate.