Hay que insistir en la pedagogía y en los controles.
El desafío cultural de los motociclistas en Cali
La Alcaldía de Cali descartó la propuesta de restringir el tránsito de motos en la noche de Halloween, una medida que buscaba reducir los accidentes y desmanes provocados por caravanas de motociclistas.
Aunque la intención era proteger a la ciudad de posibles disturbios, el alcalde Alejandro Eder acertó al no implementar esta restricción, ya que habría castigado injustamente a miles de ciudadanos que dependen de este tipo de vehículos para trabajar.
Sin embargo, la raíz del problema no es la moto en sí, sino la irresponsabilidad con la que muchos motociclistas circulan en la ciudad.
Cali enfrenta un problema cultural con un sector de motociclistas que han transformado las vías en espacios de imprudencia, poniendo en peligro sus vidas y las de los demás.
Desde conductas como ignorar señales de tránsito, zigzaguear entre vehículos, circular en contravía o utilizar las aceras como carriles, hasta la participación en caravanas caóticas, las acciones de estos motociclistas han convertido el tránsito en un verdadero reto para la movilidad y la seguridad vial.
Es evidente que la solución no puede ser solamente restrictiva.
El control, por sí solo, no corregirá un comportamiento arraigado.
Se requiere un enfoque más integral que combine la pedagogía y la aplicación rigurosa de las normas.
Educar a los motociclistas sobre la importancia de respetar las reglas de tránsito, al mismo tiempo que se intensifican los controles y las sanciones a quienes incumplen, es fundamental para cambiar esta situación.
La actual administración está intentando poner orden en la ciudad, y ese esfuerzo debe ser apoyado.
Solo mediante un trabajo constante, tanto en la educación como en el control, se podrá garantizar que las calles de Cali sean seguras para todos.