El plan piloto
Ojalá el plan piloto contra el crimen no termine siendo otro show mediático
El presidente Juan Manuel Santos lanzó ayer en Medellín un plan piloto para combatir la criminalidad en los sitios críticos en materia de seguridad de las principales ciudades del país, que consiste en concentrar la presencia de la Policía en aquellos puntos identificados previamente por las estadísticas como los sitios donde se cometen más crímenes. Las siguientes ciudades en las que se aplicará este plan serán Cali y Bogotá.
Hay que empezar por decir que toda iniciativa tendiente a garantizar la seguridad en las ciudades es bienvenida, y en ese sentido debe reconocerse el esfuerzo del Gobierno Nacional. Sin embargo, es importante que las autoridades tengan presentes errores del pasado cometidos en proyectos similares para que los resultados sean mejores esta vez.
Es cierto que aumentar la presencia de la Fuerza Pública en los sitios críticos de las ciudades reduce los delitos en esos puntos, pero no acaba con la criminalidad, pues los delincuentes se desplazan a otras zonas, y cuando las autoridades se repliegan, los bandidos regresan a recuperar su territorio.
En Cali ya ocurrió con el plan de choque, que también se implementó en otras ciudades, para erradicar las llamadas “ollas”; basta hacer un recorrido por puntos críticos, como El Calvario, por ejemplo, para ver que el gran despliegue policial fue pasajero y hoy ese sector del centro de la capital del Valle del Cauca sigue siendo uno de los puntos de mayor venta de drogas, armas y objetos robados.
Es necesario, entonces, que las autoridades vean las intervenciones contra el delito en el largo plazo y de manera integral, pues si se trata de acciones coyunturales, seguirán sin solucionar el problema de fondo; en ese sentido, se requieren acciones de choque sostenidas para encarcelar a los delincuentes, pero también acciones sociales para evitar que el sistema criminal los reemplace.