La integración de Cali, Jamundí y Puerto Tejada debe dar resultados que convenzan a los municipios escépticos.
El reto del área metropolitana
La consulta popular para la constitución del Área Metropolitana del Suroccidente de Colombia dejó un balance agridulce: mientras tres municipios, Cali, Jamundí y Puerto Tejada, votaron a favor de la integración, cuatro localidades, Candelaria, Dagua, Palmira y Villa Rica, dijeron “no”.
Este resultado, que refleja los desafíos de una iniciativa, puede ser el primer paso hacia una integración regional más amplia.
Es comprensible que algunos municipios hayan rechazado la propuesta.
El temor a perder autonomía frente a Cali, vista como el “pez grande”, pesó en la decisión de muchas localidades.
Sin embargo, este es un momento para demostrar que la colaboración entre municipios no tiene que implicar desigualdades, sino que puede ser una herramienta para generar beneficios compartidos.
Ahora, el reto para Cali, Jamundí y Puerto Tejada es convertir el Área Metropolitana en un modelo exitoso.
Su funcionamiento debe enfocarse en resolver problemas comunes como la movilidad, la seguridad y el medio ambiente, y en generar desarrollo económico que se traduzca en calidad de vida para sus habitantes.
Si esta alianza demuestra resultados concretos, puede motivar a que los otros municipios que dijeron “no” reconsideren su posición e incluso a que Yumbo, que no hizo parte del proceso, se sume también.
Además, es fundamental que los líderes de estos tres municipios trabajen en colaboración con las localidades que dijeron “no”.
Mantener canales de diálogo abiertos y compartir los logros será clave para superar los temores iniciales y mostrar que el Área Metropolitana puede ser un proyecto inclusivo y beneficioso para todos.
El camino no será sencillo, pero la integración regional es una oportunidad que Cali, Jamundí y Puerto Tejada no pueden desaprovechar.
Si logran que esta nueva figura funcione como un “todos ganan”, estarán marcando un precedente para la planificación conjunta.