La justificación de la agresividad es una de las señales de nuestro atraso como sociedad

El virus de la agresividad

lunes 17 de agosto, 2020

Sin duda, la pandemia ha aumentado la tensión. El estrés del aislamiento y el temor al contagio son factores que propician la alteración y llevan fácilmente a reacciones agresivas. Lo anterior no se escribe para justificar, sino para contextualizar. En los últimos días han aumentado los casos, registrados muchos de ellos en video, de agresiones a la autoridad, especialmente a miembros de la Policía, por parte de ciudadanos que reciben llamados de atención o sanciones por incumplir con los protocolos de bioseguridad. Pero, igualmente, hay registro de casos en los cuales se evidencia el abuso de autoridad por parte de los uniformados a la hora de abordar a personas que desacatan las restricciones.

Lamentablemente esto no es nuevo, en nuestro país ya se presentaban este tipo de situaciones antes de la pandemia, pero ahora que las autoridades deben revisar el cumplimiento del pico y cédula, el uso del tapabocas, los permisos para trabajar, y evitar aglomeraciones y fiestas, algo que, aunque necesario, incomoda a muchos, el problema se ha acentuado.

Quien agrede, sea autoridad o sea ciudadano, no tiene la razón. Los policías deben tratar de disuadir sin chocar, e igualmente las personas que violan alguna medida deben tener claro que, por más agotamiento que les produzca el aislamiento y todas las restricciones, nada justifica una reacción violenta ante un llamado de atención.

Hay uniformados que se tornan violentos argumentando cansancio ante una ciudadanía indisciplinada, y hay ciudadanos que reclaman porque las autoridades son inoperantes ante la delincuencia, pero sí le aplican la ley a quienes hacen fiestas en sus casas. Colombia es un país que tiene pendiente superar la agresividad y, sobre todo, dejar de justificarla. ¿Qué se puede hacer de fondo? ¿Cómo superar este fenómeno que nos deja mal parados como sociedad?

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