La cercanía de las elecciones exige información, criterio y participación activa

El país no puede votar a ciegas

lunes 1 de diciembre, 2025

Las elecciones legislativas están a cuatro meses y la primera vuelta presidencial a seis, y aunque la inscripción de cédulas y de candidatos al Congreso ya comenzó, buena parte del país aún no percibe la magnitud del momento.

Además, el ruido generado por más de cien precandidatos presidenciales distrae la atención pública y contribuye a que muchos ciudadanos no dimensionen lo que está en juego.

En consecuencia, la conversación política se ha centrado más en la forma que en la responsabilidad colectiva de elegir un buen Congreso y un buen gobierno.

El país necesita un Congreso capaz de actuar con independencia y con criterio. Además, requiere legisladores que apoyen iniciativas que impulsen progreso, igualdad, seguridad y crecimiento económico, pero que también frenen aquellas propuestas que resulten inconvenientes.

Un equilibrio así solo es posible si llegan personas con formación, experiencia, trayectoria y capacidad para evaluar los asuntos públicos con rigor.

Por eso, la idea de que ciertos cargos del Estado no necesitan requisitos debería preocupar, porque refuerza la noción equivocada de que gobernar es un ejercicio sin preparación.

La calidad del Congreso determinará, en buena medida, la calidad del próximo gobierno. Además, la elección presidencial que se realizará en seis meses demanda un liderazgo capaz de unir al país y de pensar por encima de las diferencias ideológicas.

Colombia necesita un presidente que ponga el interés general por delante, que construya consensos y que priorice el progreso colectivo.

La polarización solo debilita la confianza ciudadana y dificulta la resolución de los problemas que afectan la vida diaria.

Algunos dirán que es temprano para hablar de elecciones, pero decidir frente al tarjetón es una costumbre que el país ya no puede permitirse.

Además, votar sin información produce gobiernos improvisados y congresos ineficaces. Por eso, la tarea empieza ahora.

Los ciudadanos deben informarse, revisar quiénes son los aspirantes, qué proponen, qué trayectoria tienen y con quiénes han trabajado.

Lo que está en juego es demasiado importante para dejarlo a la intuición o al impulso. Elegir bien es un acto de responsabilidad colectiva, y el país no puede volver a votar a ciegas.


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