Las autoridades no pueden sentarse a esperar

Encapuchados, ¿hasta cuándo?

jueves 4 de abril, 2019

Hay que insistir en la identificación, captura y judicialización de estos delincuentes.

El problema de los encapuchados infiltrados en las universidades públicas no puede ser un asunto del que se hable cada vez que ocasionen revueltas como las registradas hace dos días en las afueras de la Universidad del Valle, hechos en los que una persona perdió la vida y cuatro más resultaron heridas, además de los daños ocasionados a un bus del MIO, la quema de cinco patinetas y los destrozos causados dentro del campus.

Es necesario que se realice un trabajo de inteligencia que permita erradicar esta plaga de las universidades públicas, porque su presencia pone en peligro la integridad de los estudiantes, los docentes y demás trabajadores de estas instituciones, y, además, altera la normalidad académica, pues cada vez que los encapuchados encuentran un motivo para recurrir a la violencia, se deben suspender las clases.

En el caso puntual de la Universidad del Valle, hay 33 mil estudiantes, se calcula que en el campus de Meléndez son 17 mil, y, como lo prueban las imágenes de las revueltas, los encapuchados no son más de cien.

¿Hasta cuándo las autoridades, las mismas universidades y la sociedad van a dejar que estos desadaptados pongan en riesgo la vida de miles de personas?

Los encapuchados no son estudiantes que protestan, son delincuentes de alta peligrosidad, como quedó demostrado con el desenlace del pasado martes y con la escena en la que, con un improvisado rocket, trataron de derribar el helicóptero de la Policía.

En ese sentido, los encapuchados deben ser capturados y judicializados, y para ello deben adelantarse investigaciones que permitan identificarlos y llevarlos ante la justicia.

Las autoridades no pueden sentarse a esperar hasta que haya una nueva revuelta, sería una irresponsabilidad.

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