Esclavitud moderna

sábado 30 de agosto, 2014

La trata de personas es uno de esos delitos de los que poco se conoce, pero que en países como Colombia, por sus características sociales, afecta a un mayor número de personas, cifra difícil de determinar por la baja tasa de denuncias, pues en muchas ocasiones las víctimas de este flagelo se reportan como desaparecidas, sin que sus familias sepan que en verdad son presas de redes internacionales de prostitución o que padecen en otros países matrimonios serviles.

Por la pobreza y la falta de educación, que son el común denominador de una amplia porción de la población, Colombia es el caldo de cultivo para quienes buscan incautos que puedan ser sometidos a esta aberrante versión moderna de la esclavitud.

La Cancillería de la República adelanta una campaña encaminada a sensibilizar a la sociedad frente al tema para que el entorno de las víctimas de este flagelo lo reconozcan y puedan dar aviso a las autoridades cuando conozcan un caso.

Es bueno que se visibilice el problema, pues la falta de información al respecto juega a favor de los delincuentes y en contra de ciudadanos incautos. Hay que educar para evitar más víctimas.
Sin embargo, este trabajo debe complementarse con una labor policiva y de inteligencia internacional más fuerte.

Aunque la trata de personas es un delito en 134 naciones, aún se conocen 460 rutas internacionales para el traslado de habitantes de países subdesarrollados con fines de explotación. Es claro que se requiere que los acuerdos internacionales para enfrentar este delito sean más efectivos, y que, como se ha hecho en la lucha contra el tráfico de drogas, se dé una mayor cooperación entre los gobiernos para enfrentar este mal.

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