Fútbol y ley seca
Es necesairo un trabajo de pedagogía ciudadana para aprender a celebrar con responsabilidad.
La aplicación de la ley seca en Cali el pasado domingo, cuando la Selección Colombia jugó contra Perú su tercer partido de la Copa América, amerita una reflexión en la que se pongan sobre la balanza los pro y los contra de la medida.
Por un lado, se entienden las razones de la Alcaldía para restringir la venta de licor, pues los antecedentes de desmanes por triunfos y derrotas del conjunto patrio, así como de los equipos locales, llevan a pensar que el consumo irresponsable de alcohol sumado a la excitación colectiva son una mezcla perjudicial para la seguridad ciudadana. Prueba de lo anterior es el balance de la celebración del título del Deportivo Cali el pasado 7 de junio, que dejó en la ciudad siete muertos y setenta heridos.
Del otro lado, también se entienden las razones de los comerciantes que se ven afectados por este tipo de restricciones; la Asociación colombiana de la industria gastronómica, Acodrés-Valle, calcula que sus afiliados dejaron de percibir $3.000 millones el pasado domingo y que las pérdidas fueron cercanas a los $1.500 millones, pues habían realizado inversiones en publicidad y mercadeo, además de contrataciones.
El próximo viernes la Selección Colombia tendrá un nuevo partido, esta vez frente a Argentina, lo que plantea una nueva disyuntiva sobre la ley seca.
Si bien los antecedentes de mal comportamiento ciudadano le dan la razón a la administración municipal, la ley seca no es la solución de fondo a este problema, lo que se requiere es un trabajo profundo de pedagogía ciudadana, pero es imposible cambiar el chip de la gente en los tres días que faltan para el próximo juego.
No es fácil la decisión que debe tomar el gobierno caleño. Por eso es importante realizar un trabajo educativo similar al que se hizo para desestimular el uso de la pólvora que invite a celebrar con moderación y responsabilidad y así evitar que cada vez que haya un partido importante se tenga que acudir a medidas restrictivas.