La capacidad del nuevo gobierno será puesta a prueba con el reto de evitar que el precio de los combustibles se salga de control

Gasolina, una bomba a punto de explorar

jueves 11 de agosto, 2022

En cuestión de meses el precio del galón de gasolina, que actualmente tiene un promedio de $9.500, podría superar los $13.000, hecho que tendría un efecto inflacionario catastrófico, pues dispararía los costos del transporte y, por ende, el valor de todo tipo de productos, incluidos los alimentos.

Dos factores impulsan este fenómeno: primero, el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc, a través del cual se subsidia el valor que pagan los colombianos por la gasolina y el acpm, tiene un déficit que supera los $14 billones y, segundo, el precio internacional del petróleo sigue subiendo.

Como si esto fuera poco, el proyecto de reforma tributaria presentado por el gobierno del presidente Gustavo Petro pretende cargar con IVA (19%) la gasolina en las zonas de frontera.

Si no se frena el aumento en el precio de la gasolina, a finales de este año o a comienzos del próximo, nuestro país fácilmente puede caer en un estallido social igual o peor al de 2021, pues el alza en el valor de los combustibles, sumada al incremento de impuestos de la reforma tributaria, causará un empobrecimiento acelerado que elevará el descontento ciudadano en igual proporción a la carestía.

El asunto puede ser tan grave que el exsenador Luis Fernando Velasco, quien fue el coordinador del empalme del nuevo gobierno, puso sobre aviso al presidente Gustavo Petro.

Si a todo lo anterior se suma un contexto internacional inflacionario, se tiene una peligrosa presión sobre los colombianos que debe llevar al gobierno nacional a actuar con sumo cuidado en el manejo de la economía y de todas las variables que afectan la capacidad adquisitiva y, por ello, la calidad de vida de los colombianos. Tras un alza indiscriminada de los combustibles, el país puede vivir una crisis de hambre.

Foto: Pixabay

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