Empresas disfrazadas de verdes no engañan a nadie.
Hipocresía ambiental en la COP16
La COP16, que se lleva a cabo en Cali, es uno de los eventos más importantes para la conservación de la biodiversidad global.
En esta cumbre, más de 190 países se reúnen para evaluar el avance de sus planes nacionales, implementar nuevas estrategias y, sobre todo, demostrar un compromiso real con la protección de la naturaleza.
Sin embargo, mientras líderes y activistas de todo el mundo trabajan para frenar la degradación ambiental, algunas empresas aprovechan el evento para construir una imagen “verde” que no corresponde con sus prácticas reales.
Es aquí donde entra en juego la hipocresía ambiental.
Sin mencionar nombres específicos, es preocupante ver a empresas que históricamente han atentado contra el medio ambiente y que ahora intentan vender una falsa imagen de sostenibilidad sólo porque tienen un stand en la COP16 o patrocinan una charla.
Es el caso de constructoras que han edificado en áreas protegidas o fabricantes de productos químicos que contaminan fuentes de agua y ahora pintan murales alusivos a la biodiversidad para limpiar su imagen.
El verdadero compromiso ambiental no consiste en parecer, sino en ser.
No se trata de detener el desarrollo, sino de asegurar que este sea responsable y compatible con la conservación de los ecosistemas.
Participar en un evento como la COP16 no redime a aquellas empresas que continúan con prácticas depredadoras y contaminantes, ni las exime de sus responsabilidades.
Para enfrentar los retos ambientales, es necesario un compromiso real y acciones transparentes.
La COP16 es una plataforma clave para que gobiernos, empresas y comunidades den un paso al frente y adopten prácticas sostenibles y responsables.
El disfraz verde no engaña a nadie: lo importante no es solo hablar de medio ambiente, sino demostrar, con hechos, un respeto genuino por la naturaleza.