Hora de hablar de elecciones
Podrá parecer muy temprano, para aquellos que poco o nada se interesan en temas relacionados con la política, pero a cuatro meses y dos semanas de las elecciones legislativas, y casi siete meses de las elecciones presidenciales, es hora de que los ciudadanos empiecen a interesarse en el debate electoral.
En las elecciones de 2010 la abstención llegó al 55.8% en el caso de las votaciones para el Congreso de la República y al 55.6% en las presidenciales, es decir que menos de la mitad de los colombianos habilitados para votar eligieron a los representantes y senadores y el Gobierno actual.
¿Qué habría pasado si esa mayoría indiferente al futuro de su país hubiera votado? ¿Tendría Colombia el mismo Congreso y el mismo Gobierno impopular o se habría dado un cambio?
Colombia es un país históricamente abstencionista, al revisar las últimas 15 elecciones presidenciales, se encuentra que la abstención más baja se registró en 1945, justo después de la caída de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, cuando fue elegido Alberto Lleras Camargo, con una participación del 57.71%, poco más de la mitad de los electores habilitados.
Por eso es necesario hablar desde ya de la importancia de las elecciones y motivar el interés ciudadano en el proceso electoral. Si bien la abstención es producto del desencanto de la gente debido al incumplimiento histórico de los gobiernos y las corporaciones públicas, a la corrupción y a la asociación de miembros de la clase política con el narcotráfico y los grupos armados ilegales, también es responsabilidad del sistema, que, aunque muestre que trata de derrotarla, en el fondo hace todo para mantenerla y garantizar la continuidad de los mismos de siempre en el poder.
Ya es hora de que los colombianos entiendan que esto sólo se puede cambiar si votan masivamente, si se derrotan las maquinarias que hacen que los elegidos sean siempre los mismos.