Blindaje social que los aleje de las tentaciones de la delincuencia
Jóvenes de Cali, un reto de todos
Si la sociedad caleña hiciera un mayor esfuerzo de inclusión con sus jóvenes, al crimen le sería más difícil reclutarlos.
Por primera vez Cali adquiere un crédito de $189 mil millones para apostarle a mejorar las condiciones de la educación básica en la ciudad, una inversión que permitirá construir más aulas de clase, pero que no solo se destinará a la infraestructura, que es necesaria, sino también a la calidad y la pertinencia de la educación.
La estrategia Mi comunidad, mi escuela, dentro de la que están contempladas estas inversiones, busca además que la sociedad caleña se involucre en el proceso educativo de los estudiantes de las instituciones educativas públicas, pues la exclusión en general es el común denominador de los jóvenes en alto riesgo, y en la medida en que se sientan reconocidos, ese riesgo disminuirá.
La invitación hecha por la Alcaldía de Cali y aceptada ya por varios medios de comunicación, entre ellos el Diario Occidente, plantea la necesidad de rodear a los jóvenes para reforzar su autoestima y así empoderarlos mediante el reconocimiento de sus talentos y el estímulo de sus capacidades.
La posición de la sociedad frente a los jóvenes parece más enfocada en señalar los problemas que ellos ocasionan que en evitarlos, y además ha descargado en el sistema educativo una responsabilidad que necesita del concurso de todos. Ese enfoque que se está proponiendo ahora en Cali es tal vez lo más valioso de esta estrategia, pues si las familias, la comunidad, las instituciones y las empresas acogen a los jóvenes, será más fácil construir una especie de blindaje social que los aleje de las tentaciones de la delincuencia.
¿Cuántos factores claves de nuestro desarrollo como sociedad dejamos solo en manos de las administraciones públicas? Vale la pena apostarle a las construcciones colectivas.