Es dañino tapar los delitos de los más poderosos

Justicia: hora de la verdad

martes 28 de mayo, 2019

Ojalá haya decisiones de fondo en el caso del cartel de la toga.

Hace un par de días la Fiscalía General de la Nación remitió a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia las pruebas del cartel de la toga.

Aunque el escándalo estalló en 2017, el fiscal encargado, Mario Espitia, explicó que las pruebas, remitidas por Estados Unidos, estaban bajo custodia y no fueron trasladadas antes al alto tribunal porque las investigaciones continuaban.

Como buena parte de los indicios que se tienen en este caso apuntan a personas que han hecho parte o tienen alguna relación con la Corte Suprema de Justicia, lo primero que el país debe exigir es que los magistrados actúen con la grandeza que se espera de ellos.

En Colombia hay una grande y dañina tendencia histórica a tapar los delitos de los más poderosos, y si esto ocurre con el cartel de la toga, se permitirá que la red de traficantes de fallos se perpetúe y la justicia de nuestro país se siga moviendo al ritmo del mejor postor.

Este caso debe ser asumido como una oportunidad para depurar el sistema judicial y para enviar un mensaje poderoso contra quienes le dan un manejo transaccional a la justicia.

Los colombianos necesitan volver a creer en su justicia, y la única forma de que eso se dé es que quienes administran la justicia profieran decisiones imparciales, basadas exclusivamente en la aplicación de la ley y motivadas en el propósito de acabar con la impunidad y la corrupción.

No se trata de promover una cacería de brujas al interior del sistema judicial ni de satanizar a quienes hacen parte de la rama, sino de castigar a quienes la prostituyeron.

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