La elevada siniestralidad de estos vehículos parte de la informalidad con la que se asume su tenencia
La accidentalidad más allá del Soat
La reducción del 50% en la tarifa del Seguro obligatorio de accidentes de tránsito, Soat, para motocicletas es una buena noticia en un país en el que transitan diariamente 10 millones de estos vehículos.
Con el nuevo precio que tendrá esta póliza, no hay excusas para que circulen motocicletas sin aseguramiento; por lo tanto, es necesario que las autoridades extremen los controles para verificar que los automotores, en general, cumplan con este requisito y garantizar la cobertura médica en caso de un accidente.
Esto, desde luego, debe hacer parte de una gran estrategia para reducir la siniestralidad, pues las cifras muestran lo complejo del tema: el año pasado murieron cuatro mil motociclistas en las vías colombianas, y de cada 100 accidentes viales, en 87 estuvo vinculada una moto.
En ese sentido, el precio de la renovación del Soat debe estar sujeto al comportamiento del vehículo respectivo.
Un motociclista cuyo registro sea positivo, sin accidentes y sin infracciones, debe tener una tarifa preferencial y, por el contrario, uno con un historial negativo, debe pagar más.
Igualmente, la pedagogía y el control permanente deben ser una constante en el propósito de reducir la accidentalidad, y parte de ello debe ser combatir la informalidad en la tenencia de las motocicletas, pues el índice de estos vehículos que circulan sin documentación en regla y sin el cumplimiento de requisitos como la revisión técnico mecánica es muy alto.
De la misma forma, hay que ser estrictos con los motociclistas infractores.
Las motos son una herramienta cada vez más útil en la cotidianidad de los estratos populares en nuestro país, pero deben ser reguladas para que no sean un problema.
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