El deber de Eljach no es defender al gobierno y tampoco al Congreso, sino a los colombianos.

La independencia, el reto del nuevo procurador

Foto: @SenadoGovCo
viernes 4 de octubre, 2024

La elección de Gregorio Eljach como procurador general de la Nación, con 95 votos a favor en el Senado, plantea una serie de reflexiones sobre el papel que este órgano de control debe jugar en la democracia.

En un país donde la corrupción es uno de los problemas más graves, la Procuraduría tiene la misión de actuar como un vigilante independiente, ajeno a las presiones del gobierno y del Congreso, para asegurar la transparencia y la justicia en la administración pública.

El apoyo mayoritario de todas las fuerzas políticas en el Senado podría, en teoría, dotar a Eljach de la independencia que el cargo requiere.

No le debe su elección a un solo partido, lo cual podría permitirle actuar sin ataduras políticas.

Sin embargo, el hecho de que haya contado con el respaldo de todas las bancadas también genera incertidumbre.

¿Podrá mantener la autonomía necesaria para investigar a todos con el mismo rigor, sin importar su afiliación política?

La Procuraduría tiene un rol fundamental en la lucha contra la corrupción, ese flagelo que le cuesta al país aproximadamente 50 billones de pesos al año.

La magnitud de estos recursos perdidos es alarmante: si se recuperaran, Colombia no necesitaría reformas tributarias y muchos proyectos esenciales, como infraestructura y servicios públicos, podrían realizarse sin problemas.

Eljach, como nuevo procurador, debe entender que su deber no es con quienes lo eligieron, sino con los colombianos.

La confianza en las instituciones se fortalece cuando los órganos de control actúan con imparcialidad y firmeza.

Los colombianos merecen un procurador que sea capaz de garantizar que nadie está por encima de la ley, ni el gobierno ni la oposición.

La independencia en su actuar no es solo un reto, es una obligación con el país y con la democracia.

Comments

Otras Noticias