La polémica en torno a +57 refleja un avance en el rechazo de mensajes que normalizan conductas indebidas.
La responsabilidad social de la música
La controversia en torno a la canción “+57”, interpretada por destacados artistas colombianos como Karol G, Feid, J Balvin y Maluma, ha suscitado un debate necesario sobre la responsabilidad de la música en la transmisión de mensajes que pueden influir en la percepción social de conductas inapropiadas.
La crítica se centra en una línea de la canción que promueve la sexualización de menores de edad.
Este señalamiento llevó a los artistas a modificar la letra, sustituyendo la frase cuestionada por una que hace referencia a personas mayores de edad.
Este episodio representa un avance significativo en la conciencia colectiva sobre la influencia de la música en la normalización de comportamientos inaceptables.
Históricamente, diversos géneros musicales han incorporado letras que, al ser repetidas y aceptadas, han contribuido a la perpetuación de conductas perjudiciales.
Por ejemplo, algunas rancheras han romantizado la violencia de género, ciertas canciones de rock han validado la homofobia y en el vallenato se encuentran letras con contenido machista.
Lo que en otras épocas se consideraba normal o pasaba desapercibido, hoy es objeto de escrutinio en una sociedad cada vez más consciente y comprometida con la equidad y los derechos de todos.
La popularidad de los artistas involucrados no debe ser una excusa para aceptar mensajes que puedan ser perjudiciales.
La repetición constante de letras que validan conductas indebidas corre el riesgo de normalizarlas, especialmente entre audiencias jóvenes y susceptibles.
Es responsabilidad de los creadores de contenido y de la sociedad en general rechazar y cuestionar cualquier forma de expresión que promueva la desigualdad, la violencia o la explotación.
La música, como reflejo de la cultura, tiene el poder de influir en las actitudes y comportamientos; por ello, es fundamental que se utilice para promover valores positivos y constructivos.